viernes, 17 de agosto de 2007

antena

- Mamá, creo que ya no sirve la radio del coche.. se oye rara.
(Silencio hostil)
- ¿No te has dado cuenta que te robaron la antena hace como dos semanas?
- Ah...

jueves, 16 de agosto de 2007

La mano peluda

En tu afán de evitarte el tráfico terrible de las ocho de la noche (y de cumplir tus propósitos), te diriges al gimnasio después de clase. Después de una hora y media, más o menos, estás lista para enfrentar al periférico y no, no te intimida en nada esa lluvia que parece no va a parar en bastante tiempo.

Como el karma y tú nunca han sido muy buenos amigos, justo este día tu iPod se muere (o más bien se queda sin pila), dejándote sola a buscar entre las opciones que te ofrece la radio para que te acompañe en el trayecto de regreso. Después de un rato de cambiar la estación a lo imbécil descubres que ya son las diez de la noche. Sonríes: sabes de un programa que te mantendrá lo suficientemente entretenida por un tiempo, un clásico en realidad: La mano peluda.

No sueles escucharlo, pero hoy te encoges de hombros y te dices 'por qué no'. No es como si te fueras a asustar, o algo. La historia ya empezó y te perdiste el comienzo. Escuchas con atención a pesar de la lluvia - que, efectivamente, no disminuye -, y la estática creada por tu actual falta de antena.

Y en realidad no te asusta. No, no te asusta la historia que cuenta con voz temblorosa el hombre al teléfono. No, no te asustan los detalles de la presencia que lo persigue. No, no te asusta a pesar de la oscuridad del cielo y de la lluvia y no, no te asusta aunque vengas tú sola en el coche. No, no te asusta porque no crees en ello.

Te lo repites durante todo el camino.

Te lo repites mientras tu morbo de seguir escuchando lucha con una voz en tu cabeza que te pregunta neciamente cuál es la necesidad de estarte espantando sin razón aparente. Pero no importa esa voz, porque no te asusta.

Tampoco miras sobre tu hombro cuando por fin llegas a tu casa y apagas tu coche, sin haber escuchado el final. Y no es por eso que decides dejar la maleta en el coche diciéndote que puedes recogerla en la mañana y ahora estás muy cansada para hacerlo. Y definitivamente ésa no es la razón por la cual decides irte a dormir en seguida sin reparar en lo demás.

Te ríes de ti misma mientras te preparas para dormir, riéndote de lo absurdo de la situación. Tú no crees en esas cosas, y no te dan miedo.

Pero esta noche tal vez duermas con la luz prendida.

Por si las flies.

viernes, 10 de agosto de 2007

jarri poter

Lo tengo que decir, y no, no me da miedo la recriminación social ni la ira de las masas (mucho):

No me gustó el último libro de Harry Potter. It sucks.
There, I said it.

(By the way, Marifer, fue bueno ser tu amiga mientras duró).

martes, 7 de agosto de 2007

Semestre nuevo... ¿vida nueva?

Y bueno, me pregunto yo, ¿por qué uno se tiene que esperar hasta año nuevo (o Año Nuevo, como prefieran), para hacer listas de propósitos? Los de año nuevo nunca los cumplo, y creo que empezar un nuevo semestre es una oportunidad igual de buena para hacer listas de propósitos. O de lo que sea.

Ahí va la mía.

Uno. Seguir con el mismo entusiasmo de a principio de semestre durante TODO el semestre. Incluyendo hacer tareas, no faltar a clases, seguir la agenda, y sí, postear seguido en el blog.

Dos. Ir al gimnasio. Regularmente.

Tres. No fumar. Nunca más. Jamás. En serio. Que se me rompa el tacón si miento.

Cuatro. Beber un poco menos. (Que conste que dije un poco).

Cinco. No, no hay cinco. ¿Por qué habría de haber un cinco? Las listas siempre terminan en cinco, o tres, o diez o algo así. La mía no. La mía tiene cuatro.

Seis. Bueno, se me ocurrió otra: No morderme las uñas. Pero como no es posible eso, pretenderemos que sigue en el cuatro.

Eso es todo. Bai.

(Posdata: Ayuda con cosas blog-related aceptada. Lo que sea: formatos, truqillos, diseños, temas, lo que sea).

lunes, 6 de agosto de 2007

Alele Quitaponga

Alele. Alele quitaponga. Amasa masa masa. Oh alué, alué, aluá. (Esto es una canción infantil y sin ningún tipo de connotación sexual, just in case).

Eso es todo por ahora. El blog y yo aún no somos muy buenos amigos que digamos. Cuando algo se hace a la fuerza la mitad de su atractivo se pierde. Heme ahí. Tal vez después de algunos cuantos posts derivados de la obligación y la fuerza del ocio nos volvamos más cercanos, pero como todas las relaciones se tienen que alimentar, y por ahora no hay mucha confianza. Sobre todo es la parte voyerista del asunto en la que completos extraños tal vez te lean (o tal vez no, si a nadie le importa).

Bueno, fue más de lo que creí que escribiría.