miércoles, 7 de mayo de 2008

Primer mundo... ¿?

Cosas que he aprendido en España:

- la carne de cerdo es parte esencial de la pirámide alimenticia
- el aceite de oliva va con todo
- no se puede ver una película en idioma origina porque (y cito) "no se puede leer y ver la peli al mismo tiempo"
- la educación primaria no llega a todo el mundo: "tía, pero ¿por qué si aquí es de noche en México es de día?"
- la prueba principal de que no sabemos "usar las manos" es el no saber bailar flamenco
- el Aipod se pronuncia ipod. Lo mismo va para spiderman (así como se lee. No Espaiderman... spiderman).
- el juego del hielo es el entretenimiento número uno de niños, jóvenes y universitarios por igual (si no lo conocen es que no tuvieron adolescencia).
- ¿para qué hablar por teléfono cuando puedes dar un toque y hacer que el otro te llame?
- la geografía es una materia difícil: "tía, ¿tú sabes por qué país pasa el Ecuador?"
- Die Hard = La Jungla de Cristal; Miss Congeniality = Miss Súper Agente Especial...
- estacionarse es un arte que lleva la menos 10 minutos (más si es en reversa).
- Burger King vende cerveza
- en la cafetería de la universidad se venden cubas, ron, whiskey, cervezas, vino.... (¡¿por qué en México no?!)
- una cerveza al día es buena para el corazón (¿quién soy yo para poner en duda esta sabiduría milenaria?)
- se organizan fiestas y botellones en las distintas facultades de las universidades (el alcohol es parte importante de la vida y convivencia diaria).
- la televisión española tiene mucho sexo (MUUCHO).
- la televisión española es más mala que la televisión mexicana.
- Rebelde rompe fronteras. Maná es el hit por siempre.
- los burritos son una comida típica mexicana.
- "¡no jodas que la S de las camisetas es por small!"

Hay más, pero no me acuerdo ahorita.

domingo, 16 de marzo de 2008

Salamanca

A mediados de marzo y el frío sigue igual que a principio de años - por lo menos en Salamanca. Que es mi dirección actual.

Después de sobrevivir a la terrible Gripe-Muerte (término acuñado por la grandiosa Rocío), que cuando ataca saca las garras, te deja a medio vivir por un par de días, luchando contra la fiebre y el hecho de que tu mamá está al otro lado del charco y no hay nadie que te prepare un caldo de pollo, ahora estamos en Salamanca. Sobrevivir la Gripe-Muerte en una casa donde más de la mitad de los habitantes fuman como camioneros, con mi sistema inmunológico de chocolate, es - para mí - todo un logro. Sobrevivir con la cordura intacta en una casa donde vivimos 10 niñas, cada una creyendo que su microuniverso es más importante que el de la persona junto a ella, discutiendo porque si la comida es light o tiene mucha grasa (es en serio), es también un gran logro.
Un break bien merecido de Madrid, diría yo.

Diría que es un domingo de cruda, si no fuera por el hecho de que no hay cruda alguna.
Salamanca es la tierra de la fiesta eterna. No es exageración el decir que no hay cosa mejor que hacer que salir de fiesta. Los domingos la ciudad muere. Y yo con el frío y mis depresiones domingueras, que no por el hecho de estar en otro país, desaparecen. Los domingos siempre serán "ese" día de la semana para mí. Más si hace frío. Más si hace frío y debería de hacer calor.
Pero debo de decir que, orgullosamente y por primera vez quizás, sobreviví el fin de semana en la tierra de la fiesta eterna completamente sobria. No es broma. Y no es por quitarme méritos, pero quizás no lo habría logrado si mis acompañantes no fueran no bebedoras.
Uno aprende muchas cosas al fiestear sin alcohol, como que a las seis de la mañana aún puedes salir bien en las fotos, o como que el dinero no desaparece tan rápido del bolsillo (a menos de que te lo roben, lo cual también me pasó - 20 euros y mi bufanda, así o más lacras-).
Pero tampoco es como que vaya a dejar de tomar.

El silencio es preciado.
Después de tres días de fiestas non-stop, de conocer la ciudad a fondo durante la noche, de no haberla pisado durante el día, aquí estamos.
Mañana nos vamos. ¿A dónde? No sabemos. Pero son vacaciones, y nos vamos de viaje. Con el presupuesto limitado y sin un plan bien trazado, tenemos una semana para ir a donde se nos ocurra.

Y la Gripa-Muerte no podrá hacer nada para detenerme.

martes, 19 de febrero de 2008

Bu.

El jueves en la noche mis roommies terminaban exámenes (hasta febrero...¡qué pedo!), así que decidieron que había que celebrar a lo grande. Se preparó un precopeo en el piso (que acaban como a las 2 de la mañana) y luego irnos a un antro, aquí aún llamados discotecas (y luego nos dicen que los mexicanos - con X - hablamos como viejitos).

Y como yo no tenía zapatos de salir de invierno porque mi madre santa me prohibió traerme los suyos, Ade me llevó a una tiendita escondida donde venden súper baratos. Total, que encontré unos a 6 euros. Negros, tacón alto, cómodos. Maravillosos.
Total, yo andaba fascinada por la vida con mis zapatos nuevos, sobre todo porque me habían salido súper baratos.

En Madrid, sin embargo, todo queda cerquita. Y los taxis son caros. Así que lo que se acostumbra hacer es ir a pata pa todos lados. Como a las 3:30 mis piecitos santos ya me dolían. Pero el alcohol era mi aliado, y con un poco de poder etílico todo dolor, físico o emocional, se olvida.
Sin embargo, por ahí de las 6 de la mañana ya no podía ni andar dos pasos por mi vaso a la mesa. Así que me senté.

Pero en una de esas decidí pararme a no sé qué (¡graaaan error!) y PAS!!: tacón roto. Grito de terror peor que si se me apareciera el mismísimo Mocha Orejas. Pero no paró ahí. En el momento en que acercaba a algún ente para contarle de mi gran tragedia, PUM!!¡ el otro tacón se rompe!

Estuve a punto de derramar tamaños lagrimones... pero no, qué tal que se corre el rímel. Y mi glamour ya andaba muy por los suelos.

Caminar a casa fue todo una aventura.

domingo, 10 de febrero de 2008

Todo guay

A casi dos semanas de haberme ido, y sigo con jet lag. "Es por la falta de actividad," me dijeron.

"Es que hablan bien chistoso," nos dicen nuestras roommies mientras se ríen, sentadas en el piso de nuestro cuarto.
"Ustedes son las que hablan chistoso."
Nueve niñas - y una aún por llegar - viviendo en un piso es algo que nunca había experimentado. Por la mayor parte de mi vida había vivido con tres personas a las que veía poco y había tenido un cuarto para mí sola más grande que la sala de la casa donde estoy viviendo ahora.
Ahora extraño tanto que a veces duele a esas tres personas que casi no veía. He aprendido que el extrañar y que la ausencia causan un pequeño hueco en el pecho, chistoso y duro y que si bien se achica no se quita del todo.

Y sin embargo, estoy bien. Las cosas van bien y sorprendentemente el adaptarse a casa nueva, gente nueva, costumbres nuevas - y las no tan nuevas - ha sido fácil. El idioma es el mismo. Y a la gente le gusta beber y salir a divertirse en todas partes del mundo.

Hemos tenido suerte. Nos hemos topado con buena banda.
Vaya, pero si lo que quería cuando planeamos todo esto era un cambio de escenario, sí que lo hemos conseguido. Poco a poco lo nuevo se va convirtiendo en lo cotidiano.

Aún me pierdo para llegar a mi casa, aún no entro a la escuela y ya me urge, aún necesito sacar mi calculadora para convertir de euros a pesos. Pero ahí vamos. Y agradezco mucho a quienes han hecho el proceso por acá mucho más fácil.
A dos semanas de estar acá ya tenemos amigos, ya me he emborrachado tres veces, ya he ido de compras, ya me he acabado el saldo de mi celular, y ya me he acoplado a una casa que ya estaba formada antes de que llegáramos.

Pronto (cuando mi computadora tenga internet) postaré seguido de cómo va la vida por acá.

Por mientras, saludos a la banda. Se les extraña duro a todos.

jueves, 20 de diciembre de 2007

aburrición...

Estoy tan aburrida que tengo que hacer algo.
Estoy en Tampico (también conocido como tierra de mosquitos y calor, que en invierno ni tiene tantos mosquitos ni tanto calor), recién operada (chan chan chan cháaan), y no tengo nada que hacer.
Absolutamente NADA.
Ya agoté todas mis ideas de entretenimiento: ya pasé por cada canal de la tele de 42 pulgadas de plasma de mi abuela como por ocho veces, feisbuc, mi siempre aliado, ya no me entretiene, necesito un descanso de mi librito maravilla, y la gente simplemente ha dejado de contestar mis mensajes de texto desesperados y sin sentido.
Y todo porque el señor doctor me prohibió salir hasta a la panadería (como si fuera mucho a la panadería). Blah, de todos modos estoy morada e hinchada como si me hubiera pegado una pelota de fútbol y me daría mucha pena salir (o seaaa güeeey).

Pero estoy a-bu-rri-da. Y lo quería sacar.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Slam Evil!

Cuando yo era chiquita, inocente y pura, vi una película de un súper héroe en mallas moradas perdido en la selva, o algo así. (Nota: Los hombres en mallas NO son sexys. Simplemente NO).

Hoy, como diez años después, buscando pósters de películas de cómics para una tarea, encontré esto.





Tiene que ser el peor póster de la historia.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Cara de Chango

El otro día fui al centro a hacer un trabajo para la escuela.
Como soy niña y miedosa y fresa y aparentemente súper vulnerable por eso, me quedó de acompañar un cuate.
Mi cuate vive en el mero, mero sur. Yo en el mero, mero norte. Así que nos quedamso de ver allá.

Y pues ya. Agarré el metro y me bajé en Bellas Artes, y con el frío de la chingada y todo, me senté felizmente en las escaleritas del museo a esperar.

No llevaba yo diez minutos sentada, cuando un hombre se me sentó al lado. Era alto, gordo, como de 40 (o tal vez menos, o tal vez más), sus dientes medio carcomidos, sus uñas largas, su cabello medio largo. En fin, toda una caricatura.

No sé bien cómo, pero me empezó a hacer la plática. Al principio pensé "iiiuuu". Y luego pensé "Bueno, no seré tan fresa. Igual y es inofensivo. Y si no, pues aquí hay polis y gente y hace mucho frío y la verdad no me quiero mover."

Por lo que pude entender, se llamaba _____ (insertar nombre extraño aquí), alias "Cara de Chango" (y el apodo estaba bien ganado).
Me dijo que venía de Veracruz y trabajaba con ganado.
Me dijo que venía a la ciudad a hacer investigación.
"¿Dónde?", pregunté.
"Pues en la ciudad, señorita".
"Ah, va."
Me preguntó como diez veces en tres minutos mi nombre. Se lo repetí como diez veces en tres minutos. No lo aprendió.
Me dijo que mis chacras y mi karma estaban muy bajos y eran muy negativos y que era porque no hacía ejercicio.
"Pero sí hago."
No le importó. Me dijo que, ¡gracias a dios!, él se había cruzado en mi camino, porque tenía la cura.
¿Ah, sí?
Sí.
La cura era un masaje que me tenía que dar en la pierna. (¡¡¿¿??!!) Y era a fuerzas ahí porque se veía que la tenía rígida porque no me movía. (¡Es que hace un chingo de frío!)

La chica que esperaba también junto a mí sólo reía. Yo sonreí, y le dije que ya había visto a mi amigo a la lejanía. Él se ofreció a acompañarme. No, gracias, ahí está, mírelo. (No había nadie).

Me paré y huí. Tuve que esperar en Eje Central. Parada. Muerta de frío.